Cada vez más frecuente o con más difusión que antes los problemas conyugales que surgen cuando en el matrimonio los dos no profesan la misma fe sigue siendo un tema candente. Aunque se quiera minimizar no dándole el lugar que le corresponde al cónyuge y a Dios el suyo, lo cierto es que sigue siendo un problema actual y una advertencia bíblica a no unirse con quien no cree en el Rey de reyes y Señor de señores.
Libros Desafío publicó «Yugo Desigual», escrito por la periodista chilena, Patricia Olivares, quien brinda su testimonio de como afectó su vida conyugal y cómo creyendo en el poder del Evangelio su familia se recompuso. Pero no sin dar en cada página de su libro un pensamiento, un consejo, una reflexión para afrontar con esperanza y fe el cambio que el Señor produce en las vidas de las personas que deciden seguirle.
– Patricia, cuéntame ¿por qué un libro sobre yugo desigual?
– Primero porque yo viví la experiencia. Estuve 10 años en este matrimonio ‘mixto’, como se le dice también, dado que me convertí al Señor estando casada. Mi esposo estuvo motivado a acompañarme un par de meses, pero nunca conoció al Señor en ese espacio de tiempo. Entonces eso produjo que se fuera desmotivando. Yo iba creciendo en el camino del Señor y de pronto empecé a notar de manera muy marcada aquello que la Biblia define como un yugo desigual. Volviendo a lo que tu me preguntas, primero fue mi experiencia y luego el deseo de compartir las estrategias que el Señor me fue dando en medio de cada problema o dificultad que tenía que resolver para agradar al Señor y agradar a mi esposo.
– A veces nos involucramos en actividades en la iglesia de manera comprometida pero juega en contra en el matrimonio…
– Cuando una persona conoce al Señor y empieza a indagar como puede agradar a su Señor. Comienza a indagar como puede servirle y hay muchos espacios para servir. Esto nos pasa especialmente a las mujeres, nos gusta servir, nos gusta aconsejar, hacer clases para los niños, nos gusta participar de diversos ministerios. Entonces ocurre que por ese afán de servir empezamos a descuidar la casa. El Señor nos llama a tener un equilibrio en nuestras vidas. En la Biblia habla que nosotras, las casadas, tenemos que agradar a nuestros esposos y no andar como solteras, en el sentido de equilibrar bien nuestro tiempo en nuestros diversos roles. En algún momento sentí que no lo estaba manejando muy bien. En mi casa las cosas no funcionaban muy bien. Tuve que ajustarme para agradar a mi esposo, y pasar tiempo con él y nuestro hijo. Así que si tenía cuatro reuniones semanales en la iglesia, yo sólo iba a dos y me enfocaba en esas dos. Para luego poder crear espacios y tiempos para mi esposo y mi hijo. Es un error muy común que nos pasa en los matrimonios mixtos. Que el esposo no cristiano o la esposa no creyente se sientan desatendidos. Se sienta desplazado a un lugar muy secundario y hace se que vuelvan antagonistas del Evangelio.
Patriacia Olivares – autora |
– ¿Cómo ha sido cambiar principios como el manejo del dinero, crianza de los hijos, del tiempo, etc.?
– En el libro hay un capítulo que se llama «Sobre lo cotidiano pero importante» que tiene que ver con los diezmos, la crianza de los hijos y la toma de decisiones. Si bien el libro es como una guía para mujeres, cada caso es bien distinto. Hablamos de la sujeción, que es parte del carácter que las mujeres debemos desarrollar, sin embargo hay cosas en las que no vamos a poder sujetarnos, cuando esa orden o acción de parte de nuestro esposo no está vinculada con la Palabra del Señor. Pero sin embargo mucho en lo cotidiano hay cosas donde debemos darle espacio al varón, creyente o no creyente, para que pueda tomar su lugar de cabeza del hogar y pueda tomar sus decisiones. Cuando nuestro esposo es el no creyente hay muchas cosas que hay que tratarlas con paciencia y mucha oración. Para cada situación el Señor fue mostrándome una salida, y creo que así actúa con cada persona. En un principio pensaba que todas las decisiones las iba a tomar yo, porque era la que estaba consagrada al Señor. Pensaba que todas las decisiones que mi esposo tomara iban a estar incorrectas. Debí someter eso a un balance también. A aprender a compartirle a mi esposo los principios bíblicos que él desconocía. Cuando él venía con un proyecto, una decisión, yo le decía que lo iba a someter en oración. Lo hacía partícipe de mi decisión de involucrar al Señor aunque él no lo considerara así, ni tampoco iba a orar al Señor.
Hay algo que quiero rescatar. Hay muchas mujeres que creen que al convertirse deben dejar o negarse a la sexualidad especialmente con su esposo. Y esto no es bíblico. No es una forma de castigarlo, ni de no permitirnos amar como nos manda el Señor en 1 Corintios 13. No debemos negarnos a nuestros esposos.
Patricia es una comunicadora nata y su testimonio es impresionante. Apasiona la forma de contar como el dolor de haber perdido a su esposo a causa de seguir al Señor, y haber prevalecido firme en seguir a Dios, él que no es deudor de nadie, tocó la vida de su esposo y después de un tiempo él regresó convertido. El libro «Yugo Desigual», es un camino que recorrió una mujer durante 10 años donde se entregó al Señor Jesucristo y entregó su matrimonio a propio Señor, con fallas y equivocaciones, errores que pudieron ser enmendados para hoy vivir en la familia que amó con fuerzas sin dejar de darle el primer lugar a Dios. Hay un mensaje esperanzador en el libro, en las palabras de una mujer que sufrió por amor a su Señor y a su esposo. Comprobó que amar a Dios en primer lugar no es quitar de ese lugar a su esposo, sino que fue dignificarlo como cabeza del hogar.
Práctico. Simple. Con consejos y ejemplos basados en la vida, pero especial y principalmente basados en la Palabra de Dios. «Yugo Desigual» disponible en tu librería cristiana favorita (haz clic aquí para obtener un capítulo gratis).
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