Si algo entendemos hoy en día de la importancia que tiene un grafismo para evocar una idea, una palabra, una organización, comprenderemos por qué nuestra Sociedad Bíblica de España ha ido cuidando, a lo largo de estos 175 años de su existencia, el rastro de su identidad.
Hace más de 200 años la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (SBBE), nacía con la vocación de sembrar de Escrituras su tierra. Con espíritu muy inglés, enseguida comprendieron que satisfacer a la demanda interna de biblias en lenguas autóctonas, podía extenderse al territorio de ultramar y de ahí lo de “Extranjera”. El símbolo más apropiado fue el de un sembrador, que traía a la mente de todo creyente la famosa parábola recogida en Mt. 13.1-23, en Mc 4.1-9 y Lc 8.4-8. Ese fue también el símbolo heredado en España en 1836, así como el nombre completo de SBBE.
Con el tiempo, en España, nos hemos convertido en la Sociedad Bíblica, sin “Británica” ni “Extranjera”, y más que centrarnos en la representatividad del sembrador, nos hemos despojado de ese protagonismo y centrado en la semilla que esparce con sus manos, en la propia Palabra, la Biblia que se abre a todos.
Ese libro singular que lleva un mensaje de Paz a todo ser humano quedó representado gráficamente y así se fue introduciendo en la retina de aquellos que se relacionaban con la SB o el mundo de la Biblia. Pero como todo lo que tiene vida, evoluciona, pasó de tener tan solo silueta de página, a ser página rellena y pico de paloma. Aún en su vuelo siguió fortaleciéndose hasta llegar a nuestros días, en los que, nuevamente se estiliza, pierde su barra inferior, deja de ser plana para ser más libro, sin perder elegancia.
Ya nuestra paloma, con su ramita en el pico, es más ligera y está dispuesta a recorrer nuevas distancias, segura de que el cansancio no hará mella en su vuelo. El nombre “Sociedad Bíblica”, es sólido, es el de siempre y no necesita de más acompañamiento y nuestra paloma siente que puede posarse —como lo hizo la paloma después del diluvio— en una tierra nueva con toda libertad.
Y que mejor tierra que “La Palabra, el Mensaje de Dios para mí”, una traducción cuidada, gestada durante mucho tiempo, fresca en su expresión, con la firmeza de la fidelidad, dispuesta a afrontar el paso de este siglo XXI, convencida de que aquellos que la exploren, descubrirán un mundo nuevo, el del diálogo directo con el Creador, desde la expresión de su lengua cotidiana.
Lola Calvo – Sociedad Bíblica España
www.sociedadbiblica.org
www.biblija.net
www.todobiblia.com
www.biblialapalabra.com
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