“América Latina recibió el Evangelio de misioneros norteamericanos que osadamente dieron su vida para que conociéramos a Jesús. Sin embargo, aunque con buenas intenciones, también importaron algunas premisas culturales que nuestro continente asimiló sin demasiado análisis. Una de ellas fue que los pastores principales solo se ocupan de los adultos. Dejando el liderazgo de las nuevas generaciones a líderes primerizos que deben hacer sus primeros pasos ministeriales y sin contar con un mentoreo cercano de parte de sus líderes mayores. Este paradigma aceleró el surgimiento de líderes juveniles y educadores en muchos casos. Pero también creó una débil retención de niños, y estancó el crecimiento de muchas congregaciones envejeciéndolas, ya que al ser un continente joven, el líder principal no puede estar ausente en términos de visión respecto al sector demográfico de mayor porcentaje y también al segmento social dónde se forma la identidad y se previene en vez de solo curar”, aseguró el Dr. Lucas Leys hace pocos días. [Leer más…]