Grand Rapids, Mi. 10 de diciembre 2021 — El orgullo es «arrogancia o delirios de grandeza a causa de los logros propios, el estatus o las posesiones». Tendemos a enorgullecernos con facilidad, teniendo un concepto inadecuado y excesivo de nosotros mismos que nos hace quitar nuestra mirada del Señor. Hoy en día, muchos se jactan de tener orgullo propio; sin embargo, «Dios resiste a los soberbios» (Stg. 4:6). En esencia, el orgullo es «un gran mal porque [pretende] una grandeza y gloria que pertenecen justamente solo a Dios». Compite con Dios, se opone a Dios y lucha contra Dios. Tristemente, el hombre orgulloso «cambia su confianza suprema de Dios a sí mismo», convirtiéndolo en una especie de idolatría. Por eso es importante abordar el tema del orgullo en el hombre.
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