“Las personas no se casan pensando en divorciarse. El divorcio es el resultado de una falta de preparación para el matrimonio y de la incapacidad para aprender a trabajar juntos como compañeros de equipo en una relación íntima. Lo que resulta irónico es que reconozcamos la necesidad de educación en todos los demás asuntos de la vida y no podamos reconocer esa misma necesidad en lo que se refiere al matrimonio. La mayoría de las personas pasa mucho más tiempo preparándose para lo que es su vocación que preparándose para el matrimonio. Por tanto, no debería sorprender que tengan más éxito en sus asuntos vocacionales que en la consecución del objetivo de la felicidad marital” asegura Gary Chapman, autor de Lo que me hubiera gustado saber… ¡antes de casarme! de Editorial Portavoz . [Leer más…]