Reflexiones sobre «El asesinato de cristianos»

La mayoría de nosotros en occidente, sobre todo los que somos de América Latina y Estados Unidos, vivimos en un mundo cómodo y protegido. El asesinato de cristianos narra las historias y los testimonios de creyentes que viven en un mundo muy distinto donde están en constante opresión con la continua amenaza de la tortura y la muerte. Sin embargo, lo sorprendente es que sus testimonios son de gozo y victoria. Me asombra, ya que me resulta difícil equiparar el gozo y la victoria con la opresión, el dolor, la tortura y la muerte.

Mi corazón se llenó de admiración y alabanza al leer acerca de los piratas de Somalia, de una paliza en Bagdad, de otra en la plaza de Tahrir, en Egipto, un cementerio vacío en Siria y cuchillos en las gargantas de los seguidores de Jesús. He estado siguiendo muy de cerca lo que ocurre en estos países musulmanes, pero la prensa y las agencias de noticias no han pintado una imagen de esperanza, gozo y victoria. El asesinato de cristianos revela un cuadro diferente a lo que hacen los medios de comunicación… ¡uno que mueve al lector a la alabanza, el gozo y la gratitud!

Permítanme contarles parte de una sola historia sobre la guerra civil que tiene lugar en Siria, y de manera concreta en Damasco. A las tres de la mañana, doce líderes de los cristianos clandestinos entraron sin ser vistos en el sótano de un edificio bombardeado. En silencio, analizaron la situación. Hacía poco que muchos de sus compañeros creyentes pagaron el precio más alto por su fe. Ante la conversión al islamismo o la muerte, optaron por esta última, la cual significó una bala en la cabeza, la decapitación o una tormentosa crucifixión. En la reunión, estos líderes discutieron la opción de huir con sus familias. Se pusieron de acuerdo para ayunar y orar por una semana, decidiendo que quienes sintieran la dirección de Dios para quedarse, se reunirían en el mismo lugar en una semana.

Lo sorprendente es que, una semana más tarde, los doce estaban de vuelta. Ninguno sintió de Dios que debía huir. Lo más sorprendente aún fue que su número aumentó a veinticinco. ¿El aumento? Los convertidos que resultaron de su decisión de quedarse, sin importar el costo, y seguir predicando las buenas nuevas del evangelio. Entonces, el grupo juntó sus recursos y compró una parcela de tierra que se utilizará para lo que sentían que vendría de seguro. Sería su cementerio.

¡Alabado sea el Señor! En el momento que se escribió el libro, el cementerio estaba vacío todavía.

No pongo mi sello a la Mayor Excelencia a muchos títulos. En cambio, El asesinato de cristianos, de Tom Doyle y Greg Webster, lo merece.

Es un libro que debe leer cada creyente.

Va a… aumentar la confianza de los lectores en un Dios soberano, eliminar toda duda y complacencia, levantar nuestras voces en acción de gracias por la seguridad y la bendición que vivimos, mostrarnos, al mismo tiempo, la pobreza de nuestra fe limitada, movernos a orar con fervor por los millones perseguidos, movilizarnos también para dar e ir.

Nos sentimos tentados a decir lo bendecidos que somos de vivir en relativa libertad, donde la confesión de Cristo no nos va a costar la persecución, la tortura y la muerte. En cambio, ¿quién es de veras el más bendecido? ¿Nosotros o los que han sido bendecidos con una fe y la fuerza que los mantiene a través del todo el sufrimiento que soportan?

¡Que Dios bendiga ricamente a cada lector!

David Ecklebarger
Presidente
Spanish House Ministries

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