El Paso, Tx., 14 de enero 2022 — Una de las enseñanzas de Jesús que abre puertas como ninguna otra es El Padre Nuestro. Esa oración modelo que reúne todas las intenciones que una plegaria a Dios puede tener. R. C. Sproul describe en su libro “La Oración del Señor” publicado por Mundo Hispano, cada una de las instancias de esta oración y cómo Jesús brindó los principios que guiarían a sus discípulos a tener una conversación real con Dios.
En otras palabras, Jesús quería enseñar a sus discípulos cómo orar. Este libro llevará al lector a tener un entendimiento más profundo de los tópicos de esta oración. Además, en el último capítulo se incluye preguntas y respuestas relacionadas con la oración.
“Imagínese lo que debió haber sido tener el privilegio de seguir a Jesús día tras día, escuchando su enseñanza y viéndolo realizar sus milagros. Me puedo imaginar muchas cosas que pudieron haberle pedido que les enseñase. Quizás los discípulos pudieron haber ido a Él y decirle: “Jesús, enséñanos a convertir el agua en vino”. Pudieron haber pedido: “Enséñanos a caminar sobre el agua”. O pudieron haber dicho: “Enséñanos a levantar a la gente de entre los muertos”. Esos son los tipos de preguntas que yo le hubiera hecho. Pero el Nuevo Testamento nos habla de un pedido diferente que los discípulos le hicieron a Jesús. En una ocasión ellos vinieron a Él, como lo registra Lucas para nosotros en su Evangelio, y le dijeron: “Señor, enséñanos a orar” (Luc. 11:1b). Me parece fascinante que esta fuera la pregunta candente que le formularon a Jesús. Ellos querían tener una comprensión especial de la oración como una destreza o un arte”, aseguró el autor.
¿Por qué los discípulos le hicieron esa pregunta a Jesús? Según Sproul, ellos “vieron el vínculo entre la extraordinaria vida de oración de Jesús y su poder, su enseñanza, su carácter, toda su persona. Debieron haber notado que después de ministrar a grandes multitudes de personas, Jesús a menudo se retiraba a solas. Debió haberse sentido agotado por el ministerio. Durante esos tiempos, Jesús no se retiraba simplemente por media hora más o menos. En cambio, se apartaba por largos períodos, y cuando lo hacía, generalmente pasaba la mayor parte del tiempo orando intensamente”.
Este libro desafía al lector, tanto como Jesús a sus discípulos a llevar una vida de oración al Padre que no se toma a la ligera, sino que se compromete más y más con su propósito para la creación y la humanidad.
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