Nanjing, China – La Imprenta Amity establecida por la Fundación Amity y las Sociedades Bíblicas Unidas (SBU) imprimió el pasado jueves 8 de noviembre la Biblia número 100 millones.
Desde 1987 se han impreso y distribuido en China continental 60 millones de Biblias; los otros 40 millones (en más de 70 idiomas) fueron exportados a todo el mundo. Muchas de las Biblias en español que se distribuyen en Hispanoamérica son impresas en Amity.
Melvin Rivera Velázquez, Director de Publicaciones Bíblicas Mundiales de las SBU, participó en la ceremonia en China, y dijo que «como resultado de la accesibilidad de la Biblia, las iglesias chinas están creciendo en conocimiento de la Palabra de Dios y también en miembros. Sólo en la provincia de Henan hay aproximadamente 4 millones de cristianos”. Además Rivera afirmó que «las iglesias de la región han experimentado un crecimiento increíble desde que finalizó la revolución cultural«.
Todo comenzó cuando un presidente de los Estados Unidos conocido por sus convicciones cristianas, Jimmy Carter, le preguntó al líder chino que abrió su país al mundo si con los cambios que estaban aconteciendo los cristianos chinos podrían tener acceso a la Biblia. La respuesta fue «Sí». Esa simple pregunta con su respuesta abrió las puertas a un dialogo que jamás antes se había dado.
En 1985 las SBU firmaron un acuerdo con la Fundación Amity para establecer la primera imprenta de Biblias en China y realizaron una campaña de recaudación de fondos entre los creyentes e iglesias del mundo. De ésta manera lograron donar la primera rotativa a la imprenta Amity. En 1987, la primera Biblia salió de la línea de producción. El 8 de noviembre de 2012, se imprimió la Biblia número cien millones. Un verdadero hito en la historia de la impresión bíblica en China.
Hoy día la imprenta Amity es una de las más grandes imprentas de Biblias en el mundo. Gracias a las ofrendas de los creyentes e iglesias en todo el mundo las SBU cada año pagan el papel de todas las Biblias que se distribuyen particularmente en las áreas rurales y pobres de China. Los creyentes chinos solo pagan por el costo de impresión de la Biblia.
Cada Domingo en China se reúnen en la iglesias más cristianos que en todas las iglesias de Europa. “Oremos por las iglesias de China. Oremos por las Sociedades Bíblicas Unidas para que sigan poniendo la Biblia al alcance de todas las personas en el mundo! ¡El Señor es poderoso y su Palabra no volverá vacía” instó Rivera.
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