La aparición de la versión La Palabra, elaborada por biblistas de España e Hispanoamérica genera interrogantes y expectativas a su alrededor. En un extenso artículo publicado en su página web (www.biblialapalabra.com), Ricardo Moraleja Ortega, coordinador del Departamento de Traducciones y Ciencias bíblicas de la Sociedad Bíblica de España, brindó razones semióticas y detalles lingüísticos sobre la flamante Biblia.
“El idioma español, como todas las lenguas —dijo Moraleja Ortega—, también está sometido a la cruel tiranía del tiempo. El tiempo, esa magnitud física con la que medimos la duración o separación de los acontecimientos sujetos a cambio, también afecta al siempre sorprendente universo donde se mueven decenas de miles de palabras, con sus derivaciones, afijos, conjugaciones y concordancias, y deja indelebles huellas que no se perciben como arrugas sobre piel envejecida, sino como innovaciones y variaciones de normas establecidas; como uso y desuso de palabras; como préstamos más o menos necesarios, o como fraseologías que van oscureciendo sus sentidos a la sombra de modos de expresión más ‘chics’.”
En un despliegue de rimas y conceptos, Moraleja Ortega aseguró que “las lenguas, como seres sorprendentes que son, gustan de esa exclusiva y, a la vez rara facultad que sólo la divinidad ostenta: el don de la creación. ‘Genio’ y ‘generar’, he ahí sus hilos que nos llevan a ‘gen’ y a ‘generación’ y a ‘genoma’ y a ‘engendrar’ y a ‘genial’, y a ‘ingeniero’ y a ‘ingenio’, y al ‘hidrógeno’ (‘que engendra agua’, eso es el hidrógeno)…, todas las palabras que toca el verbo crear. Y la Palabra Creadora se hizo carne, y también fonema y morfema, género y número, voz y letra, sílaba eterna de eterno amor.”
Así mismo el lingüista afirmó que desde hace años consideraban que la Sociedad Bíblica de España tenía “una asignatura pendiente”. La de llevar a cabo una traducción nueva, contemporánea, dirigida al pueblo evangélico del siglo XXI. Que asimismo mantuviera “fidelidad a los textos originales” y que pudiera convertirse en “un noble relevo de las prestigiosas y admirables traducciones castellanas de la Biblia”.
Quienes han trabajado en esta nueva traducción se encontraron con el desafío de intentar realizar “una traducción bíblica en la más excelente tradición literaria de la lengua española”. Una traducción, que además, “tendría que saber combinar los avances de la ciencia de la traducción y las ciencias bíblicas con la belleza literaria en la redacción” según las palabras del mencionado exégeta.
“Un último reto, pero no menos importarte, era lograr la armoniosa conjunción de los diversos acentos de la lengua española y los variados apuntes tonales de los credos cristianos, ya que en este proyecto trabajarían más de veinte biblistas y revisores de las diversas confesiones cristianas de España e Hispanoamérica” confirmó Moraleja Ortega.
El artículo continúa con comparaciones y detalles reveladores acerca de la intimidad de la historia de traducción de La Palabra, el mensaje de Dios para mi. Quienes quieran seguir leyendo pueden hacerlo en www.biblialapalabra.com
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