Panasiuk es un experto en temas financieros, su vida y trayectoria avalan sus consejos, sus años de servicio en asesoría a empresas, ministerios e iglesias son el mejor reflejo de una visión integral de la vida. Fundador de Cultura Financiera, pastor, comunicador y escritor prolífero, Andrés dialogó con Noti-Prensa.com acerca de «Cómo vivir bien cuando las cosas van mal» recientemente publicado por Editorial Unilit y de su autoría.
NP: ¿Qué es el bienestar y por qué en tu libro «Cómo vivir bien cuando las cosas van mal»» lo llamas «integral»?
AP: En el mundo de hoy hay mucha confusión traída a nuestras vidas por una filosofía de la vida llamada «Materialismo». El Materialismo nos enseña que si tenemos más seremos más felices. Es el «Tengo, luego existo», que reemplaza la famosa frase de Descartes [Pienso, luego existo]. Esa es la filosofía que nos venden los medios de comunicación y las grandes campañas publicitarias. Eso se nos ha metido en la iglesia latinoamericana de una forma alarmante y los pastores estamos mirando con consternación cómo nos ha cambiado los valores y el énfasis en la vida de nuestras ovejitas.
Sin embargo, cuando la Biblia habla de prosperidad y bendición de Dios, lo hace en una manera «integral»: eso significa, que habla de prosperidad material, física, ministerial, espiritual, matrimonial, familiar, etc. Pasajes como Salmos 1:3 lo dicen claramente: «…todo lo que hace prosperará» -no solamente el aspecto material.
Por eso, digo que la prosperidad integral es como un buen pastel de manzanas: por supuesto que no podemos tener un pastel de manzanas sin manzanas -pero las manzanas no hacen todo el pastel. Sin embargo, después de más de un millón y medio de kilómetros recorridos por Latinoamérica estoy viendo que mucha gente ha puesto demasiado énfasis en las manzanas y se ha quedado sin pastel: sin matrimonios, sin familia, sin vida espiritual, sin ministerio.
NP: ¿Cómo alcanzar el éxito financiero sin perder de vista la integridad de la vida, ni el matrimonio o olvidarse de las manzanas al hacer un pastel?
AP: El éxito financiero y una vida de integridad no son conceptos opuestos -al contrario, son complementarios. Desde la época del escándalo de Enron y MCI las más famosas universidades de Estados Unidos les están sugiriendo a las grandes corporaciones que cuando tomen gente no se enfoque en sus habilidades sino en el carácter. Se han dado cuenta que la habilidad se puede enseñar, pero el carácter se forma a través del tiempo -y es difícil moldearlo en el ambiente laboral. Además, por supuesto, que Dios tiene mucho que decir sobre la persona honesta y la corrupta. Existen bendiciones que Dios tiene guardadas para los íntegros de corazón y maldiciones que tiene reservadas para los deshonestos (ver recuadro a parte).
Finalmente, la meta de nuestras vidas no debería ser el alcanzar solamente el éxito financiero. Cuando me enfoco solamente en las cosas materiales, pierdo de vista las cosas importantes. Lo más importante en nuestras vidas es serle fiel a Jesucristo (Apocalipsis 2:10). Puede que siendo fiel a Jesucristo, honesto e íntegro lo pierda todo -hasta la vida. Eso está perfectamente bien con la Palabra de Dios… ¡y conmigo también!
NP: En Latinoamérica el consumismo crece y por momentos es una realidad ajena. En países más desarrollados como en los Estados Unidos, es, ¿qué debemos tener en cuenta para que no nos alcance la compulsión a consumir?
AP: La compulsión a consumir puede, por un lado, ser una enfermedad. Si una persona es una compradora compulsiva, necesita ayuda. Por el otro, la mayoría de nosotros nos sentimos tentados continuamente a consumir porque el consumismo nos lo han vendido como un «cable a tierra» para nuestras emociones (¿estoy triste?, me compro algo para sentirme mejor), una manera de demostrar amor (a través de regalos cada vez más costos), o una forma de adquirir identidad personal (marcas de relojes, autos, de la ropa o la ubicación de donde vivo). Romanos 12:1-2 dice que nosotros, los ciudadanos del Cielo, no debemos pensar como el resto de los ciudadanos del mundo. Debemos transformar la forma en la que pensamos. Cambiar paradigmas.
Una vez que sé quien soy en Cristo y Él satisface mis necesidades emocionales, las cosas pasan a un segundo lugar. Cuando el Espíritu Santo controla mi vida y yo comienzo a tomar la personalidad de Cristo, lo que más me importa es el Reino y su justicia. Las demás cosas, las disfruto en la medida en la que Dios me las trae a la vida por añadidura.
NP: ¿Ayuda realmente el dinero a la felicidad? ¿por qué?
AP: Creo que cuando hablamos de pobreza absoluta, U$1 a U$2 de salario por día, más dinero ayuda a bajar el nivel de estrés que vive el individuo y su familia. Por lo tanto, impacta cómo me siento y añade felicidad. Por otro lado, cuando uno pasa de un cierto nivel de entradas, más dinero realmente no hace un impacto en el nivel de felicidad que experimentamos. Estoy convencido que tener dinero es más divertido que no tenerlo. Sin embargo, uno nunca debería confundir diversión con felicidad. Felicidad es un estado del alma, es una decisión personal y no tiene nada que ver con la cantidad de cosas o recursos económicos que tenemos. Felicidad es lo que le permitía al Apóstol San Pablo cantar estando en lo profundo de una prisión romana. Jesucristo lo dijo así: «la vida del hombre no consiste en la abundancia de bienes que posee» (Lucas 12:15).
NP: Muy buen punto, ahora ¿cómo se sostiene la solidez de la integridad financiera?
AP: Nuestra integridad se construye en la medida en la que nosotros vamos asimilando una serie de principios importantes para nuestra vida. Por ejemplo:
Amar a Dios y amar a los demás como a uno mismo. El amor no hace mal al prójimo (Romanos 13:10). Si amamos a los demás, no estaríamos nunca dispuestos a hacerles un mal.
Practicar la «Regla de Oro»: tratar a los demás como quisiera que lo traten a uno mismo (Mateo 7:12). Aquí, podemos aplicar también Filipenses 2:4, donde dice que no solamente debemos velar por nuestros propios intereses sino también debemos preocuparnos por los intereses de los demás.
Tener un sano temor de Dios. Una persona que tiene un sano temor de Dios, 1) Reverencia Su majestad; 2) Reconoce Su autoridad; y 3) Teme Su ira. (Salmos 33:8 y 18).
Alejarse de personas deshonestas. 1 Corintios 15:33 dice que las malas relaciones corrompen las buenas costumbres -y esa es una gran verdad.
Arrepentirse, pedir perdón y hacer restauración cuando hemos hecho algo incorrecto. Zaqueo es un excelente ejemplo para nosotros de un hombre que hizo cosas malas, pero que con toda honestidad se arrepintió y restituyó lo que había sido tomado inapropiadamente (Lucas 19:8).
NP: En el libro hablas de «Los 10 mandamientos para vivir bien» ¿cuáles son esos mandamientos? (sintéticamente).
AP: Los «diez mandamientos para vivir bien» son:
Atesora el sueño que Dios puso en tu corazón. Dios colocó un sueño en tu corazón y tu, como José, debes atesorarlo. El te llevará por altos y bajos, por montes y valles, pero finalmente lo cumplirá en tu vida.
Abraza el dolor y persevera. Resiste la influencia de la cultura hedonista en la que vivimos desde mediados de los años ’70. Acepta al dolor como parte de la vida -existirá mientras exista el pecado. No te dejes vencer por él. Enfócate en la batalla que tienes por delante y persevera.
Controla tus expectativas. A veces vivimos amargados porque nuestras expectativas no están de acuerdo con la realidad que vivimos. Aprende a ser feliz en el lugar donde te tiene Dios hoy. Aprende a disfrutar de la vida en cada etapa de tu crecimiento y desarrollo.
Cultiva la perseverancia. En tu vida, como creyente, la prueba tiene una razón de ser: hacerte más fuerte. Persevera y saldrás victorioso -es una promesa de Dios para tu vida. No hay prueba de la que no puedas salir en victoria.
Aférrate a la esperanza. Ella es la luz al final del túnel. Pon tu esperanza en Cristo y en el poder de Su fuerza.
Aprende a producir limonadas. Cuando la vida te da limones, ¡aprende a hacer limonadas! Desarrolla una actitud positiva frente a las cosas negativas y, con la ayuda de Dios, transforma lo negativo en positivo.
Perdona. Hecha de ti toda raíz de amargura. Si no lo haces, vivirás una vida miserable. La amargura es el pecado más contagioso, dice el Dr Jaime Mirón… y tiene mucha razón.
Sé bondadoso con alguien. El dar siempre es mejor que recibir. Alegrará tu corazón y bendecirá a otros. Desarrolla un carácter generoso. El generoso siempre encontrará una excusa para compartir -y lo hará de forma creativa. El tacaño siempre encontrará una razón para no dar.
Pasa tiempo con tus amigos… ¡y ríndeles cuenta a otros! Disfrutar de la compañía de amigos es importantísimo para una vida balanceada. Tener a alguien de confianza a quien rendirle cuentas por la forma en la que vivimos nuestras vidas es invaluable.
Sonríe. Aprende a sonreír. La risa es la mejor medicina para el alma. Después de un arduo día de trabajo no hay nada mejor que unos buenos chistes entre familiares y amigos. Si te ríes, la Biblia dice que se incrementará tu belleza (Proverbios 15:13) y gastarás menos en médicos (Proverbios 17:22). Muy buen consejo para ser dado mil años antes de Cristo, ¿no?
Siempre que Andrés Panasiuk tiene algo que decir, es una clase magistral que el oyente/lector recibe. Agradecemos por su dedicación, aún en medio de viajes y seminarios que imparte, para responder algunas de nuestras preguntas.
Para leer el primer capítulo clic aquí.
Más información: www.clubunilit.com
Lic. Lizzie Sotola
Existen bendiciones que Dios tiene guardadas para los íntegros de corazón y maldiciones que tiene reservadas para los deshonestos. Aquí hay algunos ejemplos:
BENDICIONES PARA EL HONESTO
· La bendición de tener una relación íntima con el Señor. “Porque el Señor aborrece al perverso, pero al íntegro le brinda su amistad.” (Proverbios 3:32).
· Bendiciones para su familia. “Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichoso los hijos que sigan su ejemplo!”. (Proverbios 20:7).
· Bendiciones de vida. “Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un instante.” (Proverbios 12:19).
· Bendiciones de prosperidad. “En la casa del justo hay gran abundancia; en las ganancias del malvado, grandes problemas.” (Proverbios 15:6).MALDICIONES RESERVADAS PARA EL DESHONESTO
· La maldición del distanciamiento de Dios. “Porque el Señor aborrece al perverso.” (Proverbios 3:32).
· Maldición para la familia. “El ambicioso acarrea mal sobre su familia; el que aborrece el soborno vivirá.” (Proverbios 15:27).
· Maldición de muerte. “La fortuna amasada por la lengua embustera se esfuma como la niebla y es mortal como una trampa.” (Proverbios 21:6).
· Maldición de pobreza. “El dinero mal habido pronto se acaba.” (Proverbios 13:11).
Elvy Sosiuk dice
La ultima imagen en el recuerdo, es «Andresito», teen-ager, el hermanito menor de mi amiga… y tantos anos despues, me encuentro con una persona solida en la Palabra de Dios, con una actitud reflectiva y practica a la vez, que alegria ver a travez de la publicacion, como la «Semilla» cayo en buena tierra y dio su fruto. Extraordinario mensaje y digno de ser compartido. Andy, donde sea que te encuentres que El Senor continue utilizandote para el trabajo de Su Reino. Muchos carinos…
Rene Vildoza dice
Apreciado pastor Andres, estoy tomando su curso en la iglesia donde asisto. Glorifico a Dios por su vida. Gracias por su ensenanza.